La Aventura Parte II (Beyblade x Pokémon: The Diapered Adventures)

by: malom_shlasters | Complete Story | Last updated Jan 31, 2014


Chapter 3
Capítulo 3


Chapter Description: Ash and Max lost their way in the forest. They will have to support each other if they wanna survive...


BOSQUE VERDE

Ash y Max recorren la Selva Verde llevando sólo sus pañales puestos. Incluso van descalzos, pero por suerte están protegidos por el repelente anti-Pokémon que contiene el pañal.

MAX: (preocupado, en voz baja) ¿Cuánta faltará para llegar?

ASH: (volteando) Por esta ruta todavía nos queda caminar 6 horas más a pie, contando la charca… No tendrás miedo que se haga de noche, ¿O sí, Max?

MAX: (sonrojándose) ¿Yo? ¡No! Las junglas no me asustan, es sólo que… (acaricia la superficie plástica del pañal con sus dos manos, mientras se sonroja más).

ASH: Ja ja ja (observándolo con deleite, ríe un poco). ¡Max! Estos Súper Pañales tienen 10 horas de duración Anti-Pokémon garantizadas, no tienes por qué asustarte… (mete la mano en la parte trasera de su pañal y saca una pokébola miniatura) Además, tengo a Noctowl para guiarnos, y otros Pokémon para defendernos de cualquier bicho (le guiña el ojo), ¡Estaremos bien!

Max lo observa, admirado de su valentía, ya que nunca había conocido alguien más arrojado que Tyson.

ASH: Ahora, si me disculpas…

Max observa con cuidado mientras Ash vuelve a darse la vuelta y separa las ramas para descubrir la senda por donde los dos atravesarán. Dado que es el experto en Pokémon, él guía la expedición. En todo momento, Max lo sigue, observando la tersa y bronceada espalda del joven entrenador que lo ha guiado por el camino. Pero tan pronto como su imaginación comienza a volar y el beyluchador siente cómo ese extraño bulto que esconde su pañal comienza a agrandarse, agita la cabeza como tratando de quitarse esa idea.

MAX: (piensa) Basta, basta, los ojos en la meta.

Max intenta quitar la vista de encima, pero sus ojos lo traicionan y se dirigen más debajo de la espalda, para observar el lindo trasero de Ash...

Max continúa reflexionando, al tiempo que observa el meneo del culo de Ash mientras éste rompe las ramas. El Pañal del maestro Pokémon, que de por sí le quedaba justo, parece achicarse con cada vigoroso movimiento de Ash, al punto que comienza a esconderse dentro de la raya del trasero del paletense, formando un enorme bulto en medio, al tiempo que revela las tan monas y morenas nalgas del chico… ¡Max tiene que agacharse para evitar que su pene siga creciendo por la visión del lindo muchacho!

ASH: (alzando una mano para limpiarse el sudor de la frente) ¡¡UFF!! Eso es todo, camino despejado… (Nota un extraño silencio y voltea) Eh… ¿Max?

Cuando voltea, encuentra a Max con las rodillas dobladas, las piernas juntas y las manos entre los muslos, observando fijamente algo frente a él.

ASH: (confundido) ¿Eh? Ya podemos seguir, Max… ¿Qué es lo que ves?

Siguiendo el ángulo de visión del bladebraker, Ash dirige la mirada hacia su propio trasero.

ASH: (con desagrado) Mmmm, ya veo… Es este pañal que ya comienza a dar molestia. Misty y yo nos terminamos los de nuestra talla, éste es dos tallas menor y no alcanza a cubrirme completo…

Apenas da un paso, se lleva la mano a la cola para sacarse el pañal lo mejor que pueda, pero esto sólo da un resultado parcial, ya que la mitad de cada nalga sigue quedando fuera del empaque plástico.

ASH: En fin, con esto será suficiente para repeler a los pokémon salvajes, hay que continuar…

Así, Max continúa caminando detrás de Ketchum por los pastos de la selva durante dos horas más, hasta que comienzan a internarse ahora distraído por la oscuridad de la espesura, donde innumerables arbustos selváticos parecen ocultar ignotas criaturas amenazantes.

MAX: (asustado) A… ¿A dónde vamos?

ASH: (confiado) Ja ja ja, a Pueblo Paleta, ya te lo he dicho cinco veces, Max. No tienes por qué preocuparte, conozco el camino y esta selva como si fuera la palma de mi mano…

Todavía sin estar muy convencido de su seguridad, Max continúa caminando y mirando hacia todos lados, con el corazón latiendo con fuerza. El aire huele a polen, humedad y clorofila, y el camino se encuentra envuelto en un sospechoso silencio.

Por fin, luego de seguir por la vereda otra media hora, llegan al punto donde el camino se corta y los espera una cortina de de pasto crecido… El extraño siseo de lo que podría ser una víbora gigante, y los incontables ruidos de alimañas ocultas hacen que a Max se le ericen los vellos de las piernas desnudas, y sin reflexionarlo mucho corre detrás de Ash y lo tome por los hombros casi pegando su cara en la espalda de Ash.

ASH: (volteando a verlo de reojo) Hey, ¿qué pasa?

MAX: (temblando y sin quitar los dedos de las clavículas de Ash) Eso sonó como una víbora… ¿Crees que haya pokémon salvajes adentro?

ASH: (sonriéndose) Ja ja… Claro que hay. Pero no te preocupes. Ya te dije que estos pañales que traemos puestos los repelen totalmente. ¿Podemos seguir adelante? Ya se está haciendo de noche.

Sin embargo, al notar que las piernas del pequeño beyluchador siguen temblando y el rubio permanece en su lugar, Ash decide que no es hora de ponerse a razonar.

ASH: (desafiante) Está bien… Entonces iré solo.

Y sin preocuparse por Max, da el primer paso dentro del pasto alto, plantando sus pies descalzos sobre el nido de pokémons que acechan bajo la grama. Rápidamente sigue otro paso, y uno más, el chico camina totalmente desenfadado.

MAX: (notando que Ash se aleja) ¡Ehhh…! ¡Espera! (corre tras Ash) ¡Ash, no puedes…!

Pero Ash cierra los ojos y marcha alzando los pies con total tranquilidad, mientras tararea.

ASH: (cantando) ¡Vamos, Max! ¡Estás con el mejor maestro pokémon de la región Kanto! Todos los monstruos de bolsillo de aquí me temen a mí y a mi pañal.

Con un nudo en la garganta y cerrando los ojos para contener el miedo, Max pasa saliva mientras emite sus últimos temblores… Para después tomar todo su coraje y correr tras Ash adentrándose en el pasto, que le pica en los muslos.

MAX: (Aún con los ojos cerrados, mientras corre a toda velocidad) ¡¡ASH, ESPÉRAME!!

Al ver que Max corre desesperado, Ash decide voltear a verlo pero al mismo tiempo acelera la marcha.

ASH: (riendo) Ja ja ja, alcánzame, Max, tenemos que llegar a Pueblo Paleta antes de que se ponga el Sol.

Con el pecho y las piernas desnudas, los dos muchachos atraviesan el campo por la pradera, mientras alimañas Pokémon escapan de sus pañales protectores. Ash comienza a desacelerar cuando nota que están por llegar a una zona de bosque ya más cercana a la civilización, mientras el muchacho rubio, ahora ya con los ojos abiertos y habiendo perdido totalmente el miedo, lo sigue a toda velocidad. Cuando les faltan 10 metros para salir de la carpeta de grama alta, Max lo alcanza a trote ligero.

MAX: (exhalando rápidamente, se detiene del hombro de Ash apoyando su mano, mientras el moreno ahora camina con lentitud) ¡¿Por… (bufa) qué… (exhala) has hecho eso?!

ASH: (caminando junto con él) Ja ja. Porque ya te dije que no había ningún problema, basta de ser tan miedoso, ahora sólo tenemos que cruzar el estanque para llegar a la ruta que lleva al pueblo…

Max continúa caminando tras de él, mientras se internan nuevamente entre una zona arbolada, en el horizonte de la cual Max alcanza a ver un lejano reflejo de agua. Tan pronto como salen de la zona de pasto, Max observa nervioso las sombras detrás de los árboles, mientras Ash sigue presumiendo. Un escalofrío recorre su espalda cuando ve una especie de serpiente escabulléndose en el agujero que hay en un árbol. Intentando restarle importancia y confiar en Ash, no hace ningún comentario y sigue caminando, pero tan pronto como pasan esos árboles…

ASH: (caminando con los ojos cerrados y gran confianza, mientras Max lo sigue)… En serio, conozco este bosque como la palma de mi mano, ningún pokémon aquí tiene suficiente nivel como para…

De súbito, un extraño silbido recorre el aire, y suena un ruido extraño. En ese instante, Max siente cómo el cuerpo de Ash se tensa y el maestro pokémon deja de caminar.

MAX: (confundido) Eh… ¿Ash? (alarmado) ¡ASH!

Asustado, el beyluchador lo toma por los hombros y lo voltea para verlo de frente, pero el maestro pokémon tiene la mirada perdida.

MAX: (comienza a sacudirlo de los brazos, desesperado) ¡ASH! ¡¡¡AASH!! ¡¡RESPONDE!!

Luego de un par de sacudidas, el cuerpo de Ash se vuelve a relajar, pero ahora el maestro pokémon casi cae al suelo si Max no lo sostiene.

MAX: (tomándolo entre los brazos) ¡ASH! ¡¿QUÉ PASA?! ¡¿QUÉ OCURRIÓ?!

Pero el entrenador no contesta, sus rodillas se doblan y a Max le resulta imposible sostenerlo. Aterrorizado, mira hacia todos lados, encontrando más miradas siniestras entre los árboles. Totalmente asustado de encontrarse solo en el bosque, y temiendo por la vida de su acompañante, decide actuar rápido. Avista entonces una salida alterna, una cueva que se encuentra a lo lejos. El cielo parece nublarse de pronto, y el sol ya casi se pone.

MAX: (Piensa) ¡Tengo que llevarlo a un lugar seguro! Esa cueva parece ser el único lugar… Si hay algo adentro, ¡Draciel, no me falles!

Sin pensarlo dos veces, Max pasa el brazo de Ash detrás de su espalda, y carga al muchacho mientras sus pies arrastran por el pasto. Por suerte, llegan salir de la zona arbolada sin que pase nada, pero a medio camino de la cueva se suelta una lluvia torrencial.

MAX: (mientras batalla cargando a Ash) ¡Resiste, por favor! ¡Todo estará bien!

Totalmente empapado, Max se mete por la oscura gruta polvosa, y aunque el ambiente es siniestro y sofocado, la sensación de tibieza y sequedad lo tranquilizan.

Tan pronto como se arrastra dentro de la cueva, enciendo un fósforo y observa a su alrededor. Con alivio mira que ni en las paredes ni en el techo hay rastro de criaturas, y la cámara está totalmente inmersa en el silencio. Entonces, deposita a Ash en el suelo de la cueva, manteniéndolo boca arriba para observar su respiración.

MAX: (Arrodillándose ante al chico acostado) Ash, ¡Ash! (toca una mejilla de Ketchum y la encuentra muy caliente. Pasa luego la mano a su frente y la siente hirviendo, su respiración es agitada) No…

A toda prisa, Max saca una cantimplora con agua fresca y empapa un trozo de tela que usa para refrescar a Ash. Desesperado de que no abre los ojos, le levanta la cabeza poniendo una mano en su nuca y le da de beber.

ASH: (ahogándose) ¡Cof, cof, cof!

MAX: ¡Ash!

La respiración del muchacho sigue agitada, pero parece reaccionar por un momento. De pronto, aprieta los dientes. Con los ojos aún cerrados, murmura algunas indicaciones:

ASH: ¿M—Max..?… Mira… El pañal. EL PAÑAL.

MAX: (sorprendido) ¿¿El pañal??

El beyluchador pasa su brazo tras la espalda de Ash y lo mueve para acostarlo sobre su costado y examinar el trasero de Ash.

MAX: (piensa) ¿Qué es lo que… (observa) Qué es…??

Sobresaliendo a los lados de la tira del pañal plástico que a Ash le aprieta en la raya como si fuera una tanga, las nalgas de Ash lucen coloradas, y en la izquierda hay una extraña espina clavada, la piel de alrededor luce alarmantemente morada.

ASH: (resollando) Mira… Revisa… El Pokédex.

Max mete la mano en el pañal de Ash, buscando la bitácora electrónica, que se abre automáticamente, y señala la espina.

DEXTER: Weedle. Las espinas de este pokémon contienen un veneno que ocasione fiebre en humanos y Pokémons.

MAX: (piensa, abrumado) ¡Oh, no! ¡Está envenenado!

De pronto, Ash se convulsiona mientras gime adolorido. Max trata de contrenerlo apretándolo con fuerza, pero Ash se retuerce como si algo le quemara.

MAX: (mientras siente la piel de su cuerpo) Oh, no, está hirviendo.

Ash continúa retorciéndose como un gusano, sus manos temblorosas intentan alcanzar algo en su cintura.

ASH: (tembloroso) Calor. ¡Calor! ¡EL PAÑAL!

Max entiende pronto, y toma entre sus dedos la cinta del pañal.

MAX: Esto… Esto te refrescará.

Mientras escucha cómo la tormenta azota en el exterior, desabrocha y jala el pañal debajo del trasero del Ash, dejando al niño desnudo, y luego vierte más agua fresca sobre el pene y testículos de Ash, quien emite un gemido de alivio y queda aparentemente inmóvil.

MAX: (tenso) Tranquilo, Ash. (piensa) ¡Tengo que sacar el aguijón!

Logra voltear a Ash y colocarlo boca abajo, y colocando su mano izquierda sobre la espalda baja del chico, sujeta la base de la gran espina con sus otra mano.

MAX: (tragando saliva) Tranquilo, Ash, esto no dolerá.

Bajando la mano izquierda hasta cubrir el trasero del chico, Max jala entonces con todas sus fuerzas, arrancando completo el gran aguijón, al tiempo que Ash emite un aullido ahogado de dolor.

ASH: (aún con los ojos cerrados) ¡¡RRRRRGGGG!!

Max continúa abrazando a Ash para que se quede quieto. Una vez lo tiene sujeto por la cintura, espera a que deje de moverse, lo suelta y empieza a empinarse sobre su espalda, bajando cada vez más.

MAX: Ahora tengo que chupar el veneno.

El beyluchador baja sus brazos y sujeta los dos cachetes con las palmas abiertas, quien resuella todavía aquejado por la terrible fiebre.

MAX: (acercando el rostro al trasero de Ash) Ash, esto no te dolerá, quédate quieto.

Luego de prepararse mentalmente, el pequeño chico rubio posa su nariz y boca sobre el culo de Ketchum, y con los ojos cerrados comienza a recorrer la nalga izquierda con los labios.

MAX: (piensa) Ash está tan caliente… Y su trasero es tan suave como imaginaba.

De repente, el muchacho se da cuenta de que otra vez el bulto dentro de su pañal está creciendo, e incapaz de contenerlo, deposita un tierno beso sobre la piel del culito del maestro pokémon.

MAX: (susurra) Tranquilo, bebé, todo va a salir bien…

Dicho esto, posa su boca ligeramente abierta sobre la herida del aguijón y con mucho cuidado comienza a chupar la nalga de Ash, quien se estremece con cosquillas. Max continúa sujetándolo por el trasero para que evite moverse, al tiempo que saborea la delicia piel de su culito.

MAX: (piensa) No te fallaré, Ash, lo juro.

Una vez que se encuentra bien posicionado, Max succiona con todas sus fuerzas, absorbiendo parte de la nalga del joven moreno dentro de su boca, y sólo cuando siente que lo ha hecho con suficiente fuerza, la deja ir, sonando como un beso tronado.

ASH: (temblando) IIIAAA.

MAX: (limpiándose la boca tras escupir el veneno) Vamos, Ash, ya casi terminamos…

El bladebreaker vuelve a hacerlo, y hasta que siente que ha sacado toda la toxina, suelta a su compañero, quien parece mucho más tranquilizado.

MAX: (pasando su mano sobre la espalda de Ash) Ya no está temblando, creo que el veneno ha salido de su sistema… (mira por la entrada de la cueva) Creo que tendremos que pasar la noche aquí, de todos modos.

30 MINUTOS DESPUÉS

La tormenta ha disminuido hasta convertirse en una lluvia que arrastra pesadas gotas formado una cabellera de agua en el exterior de la cueva. La caída de las gotas forma un arrullo tranquilizando con el eco, al tiempo que refresca el ambiente. Las convulsiones de Ash han cesado, pero el chico está semi-inconsciente, continúa con fiebre, sigue boqueando y no ha abierto los ojos. Max se ha quedado a su lado cambiándole los trapos con agua fresca, pero la respiración de Ash todavía lo preocupa.

MAX: (casi llorando) Anda, Ash, quédate conmigo esta noche… Mañana iremos al pueblo donde podrán atenderte.

En eso, los párpados de Ash tiemblan, y sus dientes parecen apretarse de nuevo. Esperanzado de que el niño le diga algo, Ash se inclina sobre él y pregunta.

MAX: Ash… ¿Ash, estás bien?

ASH: (todavía apretando los párpados) M… Max… El botiquín… En el pañal…

Sorprendido, Max se apresura a recoger el pañal que Ash tenía el piso, y revisando dentro de él encuentra un compartimento secreto. Allí dentro hay una pequeña ampolla con jarabe, una tapa con un bálsamo y una pastilla empacada.

Para la sorpresa de Max, al volverse para preguntarle, Ash tiene los ojos entreabiertos. Aunque sumamente débil, y todavía respirando agitado, logra indicarle.

ASH: Max, el empaque… Con él…

Es lo que alcanza Ash a decir antes de volver a caer rendido. Preocupado, Max le coloca nuevamente la mano en la mejilla, y la encuentra otra vez hirviendo.

MAX: La fiebre ha empeorado. Pero… (a la luz del cerillo lee las instrucciones del empaque de la pastilla) Esto es… Un supositorio para la calentura. Creo que tendré…

Max permanece de rodillas, con el empaque en la mano, mirando a Ash, quien está acostado de lado con el traserito apuntando a la pared. El joven beyluchador se sonroja… Pero dos segundos más tarde, comprende que es una cuestión de vida o muerte.

MAX: (colocando una mano en su cadera) Yo te salvaré Ash.

Ash no se resiste de forma alguna, mientras Max le da la vuelta para ponerlo otra vez boca abajo, con el culito apuntando hacia él.

Max rompe el blíster del empaque y extrae el supositorio, el cual es un óvulo grande y de textura y consistencia gelatinosa. Lo mira fijamente, conteniendo la respiración, mientras la espalda del pobre maestro pokémon sube y baja por la respiración febril.

Así que Max pone nuevamente la mano en el trasero del chico, y sin mucha prisa acerca a la cola del pequeño Ketchum esa píldora viscosa…

MAX: (sonrojándose y sintiendo crecer nuevamente el bulto en su pañal) Vamos, Ash, trata de absorberlo…

Pero el maestro pokémon de pronto se agita, y golpea con su culo la mano de su enfermero, haciendo que la píldora resbale y caiga sobre su escroto.

MAX: ¡Ash! ¡Con cuidado!

Apenado, Max la recoge, aprovechando para sentir nuevamente la temperatura de Ash, esta vez tocando su blando escroto, cuyos vasos sanguíneos están hinchados por la fiebre.

MAX: Mmmmh, la piel de sus huevos sigue muy suave…

Esta vez, Max decide ponerse la gran píldora en el pulgar, y sosteniendo la cadera de Ash, empuja fuerte contra su raya, pero ésta está apretada como unos labios cerrados, y se rehúsa a dejarla entrar.

MAX: (nervioso) Ash, ¿me escuchas? (le pega una nalgada, que nada cambia) necesito que me ayudes a…

Pero de pronto se da cuenta, otra vez aterrorizado, que Ash ha vuelto a quedarse inconsciente.

MAX: (sudando de nervios) ¡Oh, no! ¡Le volvió a subir la fiebre! Si no se la bajo ahora, podría…

A toda prisa, Max se deja de rodeos, y sujeta con las manos los muslos de Ash, alzando sus piernas hasta colocar sus rodillas en el suelo de la caverna.

MAX: Sosténte allí un momento, Ash…

Dicho esto, mete su propia rodilla entre las de Ash, y con un brusco movimiento separa las piernas del chico, con lo que el trasero de Ash queda frente a su rostro y las dos piernas abierta, dejando ver el escroto y pene de Ash colgando mientras el maestro pokémon se encuentra con la barbilla en el suelo y el culo al aire.

Max aprieta fuertemente entonces la nalga de Ash con su mano izquierda, separándola para dejar a descubierto el ano del Campeón Pokémon, y acerca el pulgar con el supositorio en la punta para introducirlo dentro de Ash. Max intenta no distraerse con el lindo tono rosado del trasero de Ash, ni la vista de sus deliciosas nalgas bronceadas y redondas como una pera, para tratar de encajar el supositorio en su lugar.

ASH: ¡MMMGG!

Ash se queja cuando siente la punta de la gruesa píldora comenzar a introducirse por su trasero, pero Max sostiene su nalga al tiempo que permanece con la rodilla firmemente plantada entre sus muslos para impedirle que cierre el trasero.

MAX: ¡Aquí vamos, abre un poco ese fundillo, Ash!

El cuerpo de Ash se tensa con fuerza, y los chirridos de sus dientes se escuchan mientras él puja por soportar la grande y húmeda píldora que Max le mete en el trasero. La sensación le hiela el estómago y comienza a hacerlo despertar, alzando el mentón sobre el piso de la cueva, mientras grita de dolor.

MAX: ¡Ya casi, Ash, ya casi!

El beyluchador le da una fuerte nalgada en el trasero para hacerlo reaccionar, el supositorio está ya casi adentro. El quejido entre dientes de Ash resuena por la cueva, mientras aprieta párpados y dientes para hacer fuerza y tratar de pasar la píldora; los dedos de sus pies se retuercen y todo su cuerpo se tensa y endurece mientras el supositorio penetra todo en el hoyo entre sus nalgas.

MAX: ¡ESO!

Con un fuerte empujón, el ano de Ash termina de tragarse la píldora, y con un suspiro Ash baja su cara, totalmente ruborizada, otra vez sobre el suelo de la cueva.

Max se limpia el sudor, sorprendido también de que Ash haya soportado absorber por la cola esa gruesa píldora. El campeón pokémon luce nuevamente agotado, respira más agitado y tiene la cara cubierta de sudor frío por el esfuerzo de pasar el supositorio, pero de alguna manera luce más vivo que antes.

DIEZ MINUTOS DESPUÉS

Ash está nuevamente acostado boca arriba, con su pitito prietito y sus huevos echados sobre su vientre descansando. Su respiración se ha restablecido y duerme pacíficamente. Max se arrodilla junto a él por última vez, y vuelve a checar la temperatura de su frente. Ahora se siente normal.

MAX: (aliviado) Ufff… Estuvo cerca, Ash. Eres un chico muy fuerte.

Enternecido por la prueba por la que tuvo que pasar el entrenador, Max lo mira con cariño y ternura, y redescubre su fascinación por él. Pasa su mano sobre el pecho moreno del muchacho, y lo acaricia hasta el estómago.

MAX: (piensa) Mmmmhh… Qué lindo es Ash. Duerme como un bebé.

Sabiendo que duerme, y con una sonrisa traviesa, toca primero la punta de su penecito con un dedo, y luego lo acaricia completo con su mano, sintiéndole muy suave y esponjoso. Otra vez, siente cómo su verga comienza a expandirse debajo del pañal… Pero tras pensarlo una vez más, desiste.

MAX: (piensa) No… Él sigue muy débil. Tendré que dejarlo descansar.

Mirando a los lados de la caverna, busca un lugar dónde acurrucarse. El frío aumenta debido a la evaporación de la lluvia, y se da cuenta de que otra vez teme por Ash.

MAX: (piensa) Lo peor sería que volviera a resfriarse.

Max se saca su beyblade del pañal, y muy a su pesar, presiona el botón del compartimento secreto. Una bolsa de dormir completa llena la mitad del espacio de la cueva.

Max arregla la bolsa, mete sus brazos debajo de la espalda de Ash, y con un abrazo lo levanta. Toma sus tobillos y comienza a meterlos en la bolsa, mientras el pequeño maestro sigue durmiendo. Una vez que se asegura que Ash esté cómodo y calientito dentro de la bolsa de dormir, se da la vuelta y se acurruca contra el muro de la cueva, cubierto sólo por su pañal plástico.

MAX: Buenas noches, entrenador… Espero que mañana amanezca mejor.

Luego, cierra los ojos e intenta dormir.

CONTINUARÁ

 


 

End Chapter 3

La Aventura Parte II (Beyblade x Pokémon: The Diapered Adventures)

by: malom_shlasters | Complete Story | Last updated Jan 31, 2014

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