La Aventura (Beyblade: The Diapered Adventure)

by: malom_shlasters | Complete Story | Last updated Jan 31, 2014


Chapter 4
Las travesuras de Kai (Kai's mischiefs)


Chapter Description: Baby Kai gets in troubles again now with his new caretakers.


CAPÍTULO 4 – LAS TRAVESURAS DE KAI

Cerca de las 5 am

Kai: (Con los ojos cerrados) Hace frio mucho frío.

Rei: ¿Será porque estás húmedo?

Kai: ¿Húmedo?

Rei: Sí, se podría decir que tuviste un accidente.

Max: ¡Y eso que decías que no necesitabas los pañales!

Kai: ¡No los necesito! Seguro que anoche hacía mucho calor en medio de todos ustedes y sudé mucho.

Rei: Sí, así le vamos a poner…

Kai: ¡Es cierto!

Rei: Nadie dice lo contrario.

Max: Bueno, de todas formas hay que cambiarte o te vas a resfriar más.

Kai: ¡No necesito que nadie me cambie, puedo hacerlo solo!

Rei: En ese caso hazlo.

Kai se levantó de la cama de manera torpe, pues el abultado pañal estorbaba. Tropezando fue hasta el baño pero no alcanzaba la perilla para cerrar la puerta así que sólo pudo entrecerrarla.

Intentó desabrochar las cintas de su estómago pero estaban muy ajustadas; Intentó jalarlo y morderlo, pero todo era inútil; así estuvo por horas intentando quitárselo. Casi a las 7 decidió que se rendía. Tal vez nadie se daría cuenta de que seguía mojado… Algo casi imposible, pues el enorme pañal colgaba casi hasta las rodillas, además sentía algo de escozor después de semejante lucha.

Salió del baño los demás ya se habían levantado y seguro estaban desayunando. Kai se asomó un poco por la puerta y recordó que en la sala había visto unas tijeras; seguro podría cortarlo. Se aseguró de que todo estuviera despejado y sólo vestido con el húmedo pañal salió escondiéndose. Al llegar a la puerta de la sala estaba a punto de asomarse cuando sintió cómo era levantado del suelo y elevado por los aires hasta quedar frente la cara de Yudi.

Yudi: ¡Mira nada más, ya te levantaste! Vamos a la sala para cambiarte y que conozcas a mi sobrino, seguro jugarán mucho juntos.

En brazos, Yudi lo llevo a la sala y lo recostó en uno de los sillones. En el otro había una mujer un poco más joven que Yudi, con un pequeño de unos 2 años junto a ella, y una hermosa chica de largo cabello y lindos ojos de aproximadamente 16 años.

Mujer: ¿Y este niño quién es?

Yudi: Es hermano de uno de los amigos de Max… Creo que enfermó y tuvo que irse deprisa y se los dejó encargado.

Mujer: ¡Vaya, qué descuidado! ¿Cómo puede dejar un niño así como así?

Yudi: Lo mismo dije, pero qué vamos a hacer. Ni modo que los deje solos; no saben siquiera cuidarse a sí mismos, menos a un pequeño.

Mujer: Creo que necesita un cambio de pañal.

Yudi: Sí, voy a traerlos (Yudi sale del cuarto y regresa con los pañales, toallas húmedas y talco).

Kai después de muchos intentos pudo bajarse del sillón, intentando escapar de aquella situación. Ya era demasiado que lo hubieran visto en pañales pero que lo vieran completamente desnudo sería mucho peor, y más porque según el ardor de su trasero debía estar rojo e irritado.

En cuanto pisó el suelo, Yudi lo volvió a subir al sillón y lo recostó. Kai inútilmente intentó levantarse, pero yudi era rápida y le desabrochó el pañal en cuestión de segundos, y le levanto las piernas dejando completamente desnudo su húmedo trasero. En eso tocaron la puerta.

Chica: No te preocupes tía, yo termino de cambiarlo.

Yudi asintió y la chica tomó su lugar. Kai estaba todavía más avergonzado: ¡Una chica tan linda tendría que limpiarlo! Levantó de nuevo las piernas de kai como lo hacía Yudi y comenzó a limpiarlo con las toallas húmedas.

Al sentir las toallas rozarlo, Kai sintió un tremendo ardor provocando que unas cuantas lágrimas salieran. Kai fingió llorar, esperando que se detuviera y así lo hizo. En eso regresó Yudi con ropa.

Yudi: Aquí hay algo de ropa para cambiarlo… Oh, casi lo olvido, hay que tomarle la temperatura de nuevo (sacando el termómetro).

Chica: No te preocupes, tía, yo lo hare. Al fin y al cabo que estoy acostumbrada ya con Danny.

La chica repitió la engorrosa labor de tomar la temperatura. Cuando ella metió el termómetro, Kai sintió cierto malestar en el estomago, dejando salir un ruidoso gas. La chica rió discretamente y siguió con su labor. Kai intentó no ponerse rojo de vergüenza pero ya sentía las mejillas calientes.

Detrás de la puerta discretamente estaban los demás miembros del equipo, muertos de la risa.

La chica saco el termómetro y comprobó que no tenía fiebre, cerró el pañal y terminó de vestir a Kai con un lindo mameluco azul cielo con botones en las pompas.

Cuando Kai estuvo completamente vestido los chicos aparecieron muy sonrientes.

Max: Bueno: Tía, prima, nosotros nos vamos, tenemos que entrenar.

Yudi: (Regresando) ¿Y el bebe aquí lo van a dejar?

Max: ¿Puedes cuidarlo por favor, mami?

Yudi: Pero no se supo… (Salen los chicos corriendo).

Mujer: ¿Qué tal si vamos al centro comercial?

Yudi: Está bien, voy por mi bolso.

Ya en el centro comercial las mujeres estaban emocionadas en las tiendas probándose ropa, mientras Kai y el otro bebé (Danny) esperaban sentados en un carrito de bebe con forma de auto rojo deportivo.

Después de algunas horas los pequeños empezaron a desesperarse. Danny empezó a gritar y hacer pucheros, y Kai recordó una llamada importante que tenía que hacer a unos inversionistas… Si no la hacía, perdería millones. Recordó que en la entrada había una cabina telefónica y en el bolso de Yudi monedas. Las mujeres estaban entretenidas con la ropa así que no se darían cuenta, pero necesitaría ayuda para alcanzar el teléfono.

Se bajó del carrito y discretamente lo jaló fuera de la tienda. Lo llevó por el pasillo entre multitud de gente, pero había un problema: La escalera eléctrica; para llegar a la entrada debían bajarla.

La otra opción era el elevador. Jaló el carro hacia él y se subió sobre lo que se suponía que era la cajuela, y oprimió el botón. El carro comenzó a resbalarse y Kai cayó aparatosamente sobre su trasero, pero fue amortiguado por el pañal. En cuanto al carrito, salió disparado por el pasillo; Kai se incorporó y lo miró alejarse hasta desaparecer en la multitud.

Kai se levantó de un salto y corrió tras él. Entre la multitud se miraban las mujeres y hombres saltar para evitar ser arrollados, y Kai iba tras él esquivando a las personas.

En cuanto a Yudi y su hermana…

Yudi: Anna, ¿y los niños?

Anna (mujer): Están en el carro (probándose ropa).

Yudi: ¡¡Pero el carro no está!!

Anna: ¡¿Qué?! ¡¿Cómo que no está?! ¡¡Airi, los niños!! ¡¿Dónde están?!

Airi (chica): ¡¿No están contigo?!

Anna: ¡¡¡Los han secuestrado!!! AYUDA, AYUDA, UN POLICÍA.

Yudi: Tranquila, hay que ir a las oficinas de seguridad; seguro ahí los vieron con la cámara.

Las tres mujeres salieron corriendo en busca de un policía. Cuando encontraron uno, prácticamente se le echaron encima.

Anna: ¡¡POR FAVOR AYUDA, HAN SECUESTRADO A MI BEBÉ!!

Policía: Tranquilas, tranquilas, ¿Qué fue lo que pasó?

Yudi: Nuestros bebes desaparecieron.

Policía: Tranquilas, vamos a las oficinas y allí resolveremos todo.

En la oficina miran los videos de seguridad y muy molestas miraron todo lo que sucedió.

En cuanto a Kai y Danny, por fin alcanzó el carro y lo llevó de vuelta al elevador. Ahora con más cuidado volvió a subir y presionar el botón, cuidando que el carro no se fuera. El elevador se abrió y Kai jaló el carro dentro, pero se quedó atorado en la puerta. Kai, ya exasperado, intentó jalarlo después empujarlo, pero la rueda estaba atorada; se acomodó el pañal, se arremangó las mangas y tomó vuelo.

En cuanto tocó el carrito éste se introdujo, pero Kai se resbaló y cayó de cara. Algo aturdido se levantó y, molesto, entró en el elevador, que empezó a moverse y comenzó a sonar una musiquita de fondo. Llegaron al primer piso. Fuera del elevador estaba un grupo de hombres esperando; Kai, con cara de fastidio, salió del elevador empujando el carrito. Los hombres los miraron extrañados; Kai les devolvió una mirada de enojo y siguió caminando, murmurando cosas inteligibles.

Para cundo llegó a la caseta telefónica se encontró con otro problema: El carro no entraba. Kai sólo suspiró, jaló a Danny hasta sacarlo, entró en la caseta y dejó el carro fuera. Cerrando la puerta hizo que Danny se hincara y se subió a su espalda, puso las monedas y comenzó a marcar.

Bocina: -Biip Biip- ¿Bueno? EXCOMPOR.

Kai: Sí, soy Kai Hiwatari, nieto de Voltaire Hiwatari. Necesito hablar con el gerente, ¿está?

Bosina: Sí, en seguida se lo paso. -Tatatan tan tatatan- (música de espera) ¿Bueno?

Kai: ¿Sí? Soy Kai Hiwatari, llamaba para confirmar el cierre del contrato.

Mientras tanto las mujeres

Anna: ¡Corre, Yudi, están por aquí!

Yudi: Espera, entraron al elevador.

Policía: Esperen, no corro tan rápido.

Airi: Miren, ahí está el carro… ¡Pero los niños no están!

Kai: OK, entonces firmarán el contrato, ¿sí? Dentro de un mes allá nos vemos.

Kai colgó el teléfono, pero cuando se iba a bajar Danny se movió y Kai cayó sobre él. Danny comenzó a llorar a toda garganta, Kai intentó levantarse pero se golpeo con la cabina y cayó de nuevo aplastando a Danny, que empezó a llorar aún más fuerte.

Las mujeres al oír el llanto corrieron a la cabina, y al abrir la puerta se encontraran con los dos pequeños en el suelo: Kai sobre Danny, que lloraba intentando callarlo. Anna se escandalizó y levantó a su hijo haciendo que Kai cayera de espaldas. Ambas mujeres revisaron que el niño no estuviera lastimado, y parecía estar bien.

(Molestas)

Anna: ¡Mi bebe está bien!

Yudi: Sí, ¡estaba tan preocupada…!

Airi: ¿Cómo puede ser que un bebé secuestrara a otro y lo llevara por todo el centro comercial hasta una caseta telefónica?

Anna: Ese niño no es una buena influencia, quién sabe qué educación le dieron.

Yudi: Sólo tienen dos años, te aseguro que no sabía lo que hacía.

Anna: Sí, y por lo mismo deberías castigarlo para que no lo vuelva a hacer.

Yudi: En eso estoy de acuerdo, no está bien lo que hizo, pero como dijiste no sabemos lo que le han enseñado… Lo educa otro niño de 16 años, ¿qué tanto le puede enseñar?

Las dos mujeres lo miran molestas, mientras Kai desde el suelo se soba la cabeza adolorida. Yudi, molesta, lo jaló del brazo. Ella se hincó junto a él y le dio dos nalgadas muy fuertes.

Volvieron al auto y a casa, los chicos ya estaban ahí listos para comer y al ver la cara de las mujeres y que regresaron con las manos bacías se extrañaron y presintieron que algo malo había pasado.

Max: ¿Cómo les fue en el centro comercial?

Yudi: Muy mal este niño (señalando a kai) se perdió y se llevó al pequeño Danny.

Anna: ¡Si no llegamos a tiempo quién sabe qué hubiera pasado!

Tyson: Así que Mini-Kai se portó mal…

Yudi: Sí, y se va a quedar dentro del corral todo el día (Metiéndolo dentro del corralito de bebé).

Kai se sentía como reo entre animales de peluche, que lo observaban con sus ojos fríos de vidrio. En la cocina la comida estaba lista y Kai moría de hambre. Los chicos comerían asado y de postre ensalada de bombón y pastel de chocolate… Se le hacía agua la boca. Desde la sala se estiraba lo más posible para alcanzar a ver, mientras Tyson se ahogaba y los demás reían.

Tal vez si fingía llorar le darían algo de comer, así que comenzó a gritar, pero parecían no escucharlo así que grito más fuerte, y más y más, e hizo pataletas, aventó cosas y al final con enfado se levantó Max a ver qué sucedía.

(Susurrando)

Max: ¿Qué quieres Kai? Estamos comiendo.

Kai: ¿Qué crees? Tengo hambre.

Max: ¿Y qué quieres que haga?

Kai: No lo sé, ¿por qué no vas a dormir y piensas qué hacer?

Max: No eres un lindo bebé.

Kai: Créelo que no.

Max: Tranquilo, ya veré que te traigo.

Max se dirigió de nuevo a la cocina para servirle algo de comer a Kai, pero Yudi lo detuvo.

Yudi: ¡Pero Max! ¿Cómo crees que el pequeño va a comer guisado? Apenas y tiene dientes.

Max: ¿Entonces qué come?

Yudi: Comen sopa y papillas, si no se puede ahogar con comida dura.

Max: ¿Y qué le doy entonces?

Yudi: Creo que hay algunas verduras cocidas en el refrigerador. Ponlas en la licuadora y caliéntalo.

Max: OK.

Max hizo lo que le indicaron y puso zanahorias, brócoli, coliflor, calabazas y otras cosas en la licuadora hasta que quedó una pasta entre verde y café y la metió en el microondas.

Max: Creo que esta ya está.

Yudi había llevado a Kai a la cocina y le había puesto un babero con la cara de un payaso de colores, y sentado en una silla alta. Max le entregó el plato a Yudi, Kai miró el plato verde-café pastoso, con trozos de cosas indescriptibles.

Yudi: Bien, abre la boca...

Kai interpuso las manos para evitar que la cosa entrara en su boca. Yudi quitó las manos y se lo dio a la fuerza. Kai, al probar la mezcla de sabores estuvo a punto de vomitar. Sin esperar a que Kai se tragara eso, Yudi le dio otra cucharada y otra. Kai lo trago a la fuerza mientras sentía cómo su garganta se negaba a pasarlo.

CONTINUARÁ

 


 

End Chapter 4

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